Si bien es cierto que ningún ciego, puede guiar a otro ciego, he aprendido que uno de los principios que rigen nuestro conocimiento, es que realmente éste no es integrado y desarrollado hasta que no se lleva a cabo una enseñanza del mismo.
Tengo claro que siendo maestra mi función principal es aprender. Aprender tanto de lo que la VOZ DE MI ALMA, tiene que decir, como de lo que yo consigo decir… Y aunque parezca un juego de palabras, no lo es.
Mi alma resonará en un tipo de energía, de pensamientos y emociones que le permitirán expresarse, pero no sabré lo que realmente quiere expresar si no realizo la acción misma de expresar. Es decir, que cuando pongo palabras, imagen, actos… a una inspiración, puedo observarla y reconocerla como algo que ya estaba en mí sin que lo supiera, porque no puedo llegar a ser consciente de lo que YA ES, si no se le doy la oportunidad de SER.
Mi aprendizaje no se encuentra sólo en el exterior, sino que realmente proviene del interior. El exterior no es más que una consecuencia de lo que ya se encuentra danzando dentro de mí. Y me guste o no, pueda modificarlo o no, esa es la realidad…
Y a esa danza a veces caótica, voy a tratar de poner palabras, imágenes o actuaciones… que pueda llegar a observar y poco a poco acercarme más a mi ESENCIA, permitiendo que ella sea también mi maestra.
Y ATREVERME ASÍ A SOÑAR CON APRENDER A SER MAESTRA DE VERDAD…